Una Sesión Fotográfica Abuelos y Nietos es siempre intensa. Cuando Pilar me contó el regalo que tenía pensado para sus suegros supe que me lo iba a pasar en grande, y resultó que ellos también 🙂 Planteamos la sesión fotográfica de los abuelos con sus nietas en exteriores, para que las niñas pudieran moverse y ser ellas mismas. Cuando ya no son bebés y hace calorcito me encanta salir a hacer fotos en localizaciones de exterior, así puedo captar su esencia con la libertad que les da a los niños el movimiento. Para los abuelos hacer un reportaje fotográfico donde ellos son los protagonistas y evitar posados rígidos es toda una aventura, normalmente están acostumbrados a las típicas fotografías en las que se ponen rectos, bajan la barbilla, sonríen y alguien les hace la foto.
En este caso los abuelos, encantados con su regalo, compartieron con sus nietas una tarde divertidísima y en muchos momentos confesaron olvidarse de mi presencia, lo que me permitió hacer lo que más me gusta: reportajear como cuando hacía fotos para prensa. Regalar fotos es mágico, los afortunados disfrutaron de la sesión tanto como sus nietas y ahora tienen unos tesoros en imágenes que conservarán siempre.
Con esta familia tengo ya una larga historia. Tuve el gusto de fotografiar a Pilar en sus dos embarazos, a sus hijas al nacer y en sesiones posteriores. El día de esta sesión ya conocí a más miembros de la familia y, como era de esperar, conectamos enseguida. Como sabéis para mí la conexión es lo que precede a un buen reportaje fotográfico. Mi máxima antes de empezar a disparar es que todos nos miremos a los ojos, nos sintamos cómodos y el resto vaya sucediendo. Lo que sigue a la conexión es la emoción, que surge cuando los adultos implicados en el reportaje se sienten cómodos y afloran sus sentimientos, regalándome expresiones para congelar en fotos.
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